Estos días, todos, padres, hijos y nietos añoramos nuestros abuelos. Menos mal que podemos usar las nuevas tecnologías, las que nuestros abuelos siempre nos han explicado que no habrían creído nunca a alguien que les hubiera dicho que en su vejez podrían hablar y verse con los nietos y los hijos a través de un teléfono sin enchufe.
Por tus hijos, los abuelos son sus padres y los miembros de la familia que ya no trabajan y tienen mucho tiempo para pasear y detenerse a observar, no tienen prisa para llegar a casa, les pueden hacer muchas preguntas para que las contesten todas, les permiten algunas licencias, se contagian la alegría mutuamente, ...
Los abuelos son parte del origen de tus hijos, son el referente a través del cual tus hijos buscan información acerca de ti y del pasado y les preguntan:
Los niños son curiosos y los abuelos están dispuestos a satisfacer esta curiosidad. Es una buena manera de aprender que las cosas no siempre han sido como ahora, que antes se hacían de otra manera.
Así, con paciencia (una virtud olvidada pero necesaria) nuestros hijos reciben una información que les será útil para:
Los abuelos cuentan con uno de los valores que hoy en día es un bien escaso: el tiempo.
Y todo ello rodeado del respeto y la estimación que los abuelos tienen hacia los nietos y que deben ser recíprocos, creando unos lazos de confianza que son la base para unas buenas relaciones y un buen aprendizaje de los valores como el tiempo y la paciencia que tan a menudo vemos como se nos escapan.
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Por tus hijos, los abuelos son sus padres y los miembros de la familia que ya no trabajan y tienen mucho tiempo para pasear y detenerse a observar, no tienen prisa para llegar a casa, les pueden hacer muchas preguntas para que las contesten todas, les permiten algunas licencias, se contagian la alegría mutuamente, ...
Los abuelos son parte del origen de tus hijos, son el referente a través del cual tus hijos buscan información acerca de ti y del pasado y les preguntan:
- Cómo erais vosotros de pequeños.
- Qué hacíais.
- Os llevabais bien o mal.
- Erais buenos estudiantes, ...
- Cómo lo hacían para hacer tal cosa o tal otra sin las ventajas de ahora.
Los niños son curiosos y los abuelos están dispuestos a satisfacer esta curiosidad. Es una buena manera de aprender que las cosas no siempre han sido como ahora, que antes se hacían de otra manera.
Así, con paciencia (una virtud olvidada pero necesaria) nuestros hijos reciben una información que les será útil para:
- La formación de una escala de valores (disponibilidad, perspectiva, paciencia, ...).
- Saber que las cosas se obtienen a través de un proceso y perseverando antes no recojan los frutos.
- Aceptar procesos de adaptación y asimilación a los cambios
Los abuelos cuentan con uno de los valores que hoy en día es un bien escaso: el tiempo.
- Tiempo para escuchar, un ejemplo práctico para que sus hijos también aprendan a hacerlo.
- Entiendan que escuchar también significa reflexionar, mantener largas conversaciones respetando el diálogo y disfrutando de la convivencia.
- La compañía de quien, con la experiencia vivida, les ayuda a entender que cada día que pasa también van acumulando vivencias que les servirán para adaptarse a los nuevos tiempos y en las relaciones personales donde los lleve la vida.
Y todo ello rodeado del respeto y la estimación que los abuelos tienen hacia los nietos y que deben ser recíprocos, creando unos lazos de confianza que son la base para unas buenas relaciones y un buen aprendizaje de los valores como el tiempo y la paciencia que tan a menudo vemos como se nos escapan.
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