Muchas veces has captado como está un ambiente sin necesidad de preguntar, simplemente observas un gesto, una mirada, encogerse de hombros, un tono de voz...
Todo esto lo hemos ido aprendiendo desde que nacimos y por eso lo sabemos interpretar tan bien.
Si actúas coherentemente, con el tono de voz que corresponde a cada momento, sin exaltaciones, con seguridad, sin gritos, buscando la normalidad,... estarás transmitiendo a tus hijos el legado del equilibrio emocional.
Todo esto lo hemos ido aprendiendo desde que nacimos y por eso lo sabemos interpretar tan bien.
- Observa cómo te diriges a tus hijos y cómo reaccionas ante las diferentes situaciones. Ellos también captan tu lenguaje no verbal y lo saben interpretar tan bien como tú.
- Evita hablar a la ligera pensando que ellos no te escuchan, tienen las "antenas" con una cobertura del cien por ciento.
- Da las explicaciones claras y justas, adecuadas a cada edad y mirando de transmitir tranquilidad, seguridad y confianza.
- Utiliza el lenguaje no verbal: pasar la mano por el hombro, agarrar la mano, sentarse juntos, una mirada acogedora,... ayudan a crear este clima.
Si actúas coherentemente, con el tono de voz que corresponde a cada momento, sin exaltaciones, con seguridad, sin gritos, buscando la normalidad,... estarás transmitiendo a tus hijos el legado del equilibrio emocional.