¿Qué haces tú que podrían hacer ellos?
Debes empezar a romper los estereotipos en casa y des de bien pronto, a medida que van creciendo y aumentando sus habilidades y capacidades físicas y psíquicas.
En casa hay muchas tareas que por rol y comodidad las acabas haciendo tú. Además, no te lo ponen fácil porque a veces aún debes entretenerte a hacer o deshacer alguna cosa que ya la podía haber hecho el interesado/a.
En casa hay un montón de pequeñas tareas que se pueden repartir porque no eres tú quien tiene la exclusividad.
Empieza hoy mismo
Una cosa tan simple como doblar calcetines se está convirtiendo en una labor más entretenida que el simple hecho de aparejarlos: primero debes deshacer el calcetín que está como un puño, si lo ves, después aparejar los “mini calcetines” y poner-los en el montón de cada uno después de comprobar que no hay ninguno que esté desaparejado, o ¡sí!
¿Cómo?
Se aprende a valorar una tarea y a tomar consciencia de esta tarea cuando la hace uno mismo.
En casa hay muchas tareas que tienen un rol asignado y que ya no tiene porque ser así. Se pueden compartir y repartir. Dejarlas de hacer tú para que las haga otro es un reto para la convivencia familiar y para empezar a romper estereotipos.
Así pues, piensa cuantas cosas hay en tu casa que sean susceptibles de romper los estereotipos y empezad a ganar la igualdad en vuestra casa.
Ahora ya puedes empezar a repartir la escoba, el paño quita polvo, la bayeta de fregar, el tendedero de la ropa, el “kit” de limpiar los baños, intercambia la tertulia de la sobremesa, …
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Debes empezar a romper los estereotipos en casa y des de bien pronto, a medida que van creciendo y aumentando sus habilidades y capacidades físicas y psíquicas.
En casa hay muchas tareas que por rol y comodidad las acabas haciendo tú. Además, no te lo ponen fácil porque a veces aún debes entretenerte a hacer o deshacer alguna cosa que ya la podía haber hecho el interesado/a.
En casa hay un montón de pequeñas tareas que se pueden repartir porque no eres tú quien tiene la exclusividad.
Empieza hoy mismo
Una cosa tan simple como doblar calcetines se está convirtiendo en una labor más entretenida que el simple hecho de aparejarlos: primero debes deshacer el calcetín que está como un puño, si lo ves, después aparejar los “mini calcetines” y poner-los en el montón de cada uno después de comprobar que no hay ninguno que esté desaparejado, o ¡sí!
¿Cómo?
- Los calcetines que salen de la lavadora se ponen en una cesta para que se sequen (sobre el radiador, en el balcón, …).
- Cuando estén secos que cada cual localice, deshaga el puño, apareje y guarde los suyos.
Se aprende a valorar una tarea y a tomar consciencia de esta tarea cuando la hace uno mismo.
En casa hay muchas tareas que tienen un rol asignado y que ya no tiene porque ser así. Se pueden compartir y repartir. Dejarlas de hacer tú para que las haga otro es un reto para la convivencia familiar y para empezar a romper estereotipos.
Así pues, piensa cuantas cosas hay en tu casa que sean susceptibles de romper los estereotipos y empezad a ganar la igualdad en vuestra casa.
Ahora ya puedes empezar a repartir la escoba, el paño quita polvo, la bayeta de fregar, el tendedero de la ropa, el “kit” de limpiar los baños, intercambia la tertulia de la sobremesa, …
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