Mantener el orden es una cuestión de hábitos y también es una cuestión de tomar la decisión de otorgar un lugar a cada cosa y hacerlo. Acostumbra a tu hijo a tomar la decisión de guardar las cosas en su sitio en el momento de recoger y guardar todo aquello que ha utilizado para jugar. Dejarlo para otro rato es abrir un agujero negro en algún rincón para que se acumulen más cosas.
El agujero negro de los juguetes acostumbra a ser el sitio donde van a parar todos los juguetes mal recogidos y otros objetos que no tienen un destino concreto y que en algún momento dado y puntual no les buscamos un lugar concreto hasta que al final resulta más cómodo dejarlo en un montón que asignarle un lugar.
¿Cómo lo haces?
- Mantén, siempre, una cantidad limitada de juguetes al alcance de tu hijo.
- Guarda los juguetes que sobran.
- Destina un lugar para cada juguete.
- Cada cierto tiempo, reemplaza los juguetes por los que están guardados.
- Facilita la accesibilidad para sacar y poner los juguetes, es decir, que no tenga que desmontar un montón de juguetes para sacar el que está debajo o al fondo del armario.
- Ten en cuenta la altura de tu hijo.
- Enséñale que el orden lo ayudará a sentirse más feliz.
Mantener este orden no es fácil, por eso es preciso firmeza a la hora de decidir qué juguetes dejas al alcance de tu hijo y cuáles no y, todavía más firmeza en el momento de devolverlas a su sitio después de jugar. Es necesario crear un hábito (21 días aprox.), establecer la rutina de “sacar los juguetes-jugar-recoger-guardar”. Recoger no quiere decir poner dentro de la caja correspondiente y ya está; después de recoger hay que poner la caja en el armario y en el sitio destinado a ese juguete.
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