Vienes de un pasado dónde el concepto social “llorar” demostraba debilidad y así es como te educaron, transmitiéndose de generación en generación a través de frases como:
Actualmente, gran parte de la sociedad toma consciencia que no debe ser así. Que las emociones deben de ser sentidas y no reprimidas en el momento en que las tenemos. No tiene sentido aparcarlas o contenerlas porque la situación que las ha provocado ya no es ni será la misma al cabo de un tiempo, sea largo o corto.
¿Cómo puedes hacerlo?
- No frenes o contengas su llanto, no le ayuda a madurar.
- Ayuda a tu hijo a conocer y reconocer el origen de su llanto.
- Averigua qué ha ocasionado el llanto para saber cómo debes actuar.
- Ten en cuenta que no es lo mismo una rabieta, una situación de tristeza, una situación de impotencia, ...
Por ejemplo:
La emoción (el llanto) durará lo que necesite tu hijo para aceptar la situación que la ha provocado.
Verás que cuanto menos reprimes una emoción más pronto se acepta la causa que la ha provocado y por tanto se sobrepone más pronto y continua con lo que estaba haciendo.
Recuerda que el primer ejemplo eres tú y, tú eres quien decides que modelo de gestión de las emociones se adapta mejor a vuestra manera de hacer.
Da salida a las emociones, en el momento y con la intensidad en que se produzcan.
Si te ha gustado, compártelo con tus amistades.
- Los hombres no lloran.
- No está bien visto que los hombres lloren en público.
- Llorar es cosa de mujeres.
- No seas un/una llorica.
- No llores por todo eso, no vale la pena.
- No llores más, se fuerte.
- Etc.
Actualmente, gran parte de la sociedad toma consciencia que no debe ser así. Que las emociones deben de ser sentidas y no reprimidas en el momento en que las tenemos. No tiene sentido aparcarlas o contenerlas porque la situación que las ha provocado ya no es ni será la misma al cabo de un tiempo, sea largo o corto.
¿Cómo puedes hacerlo?
- No frenes o contengas su llanto, no le ayuda a madurar.
- Ayuda a tu hijo a conocer y reconocer el origen de su llanto.
- Averigua qué ha ocasionado el llanto para saber cómo debes actuar.
- Ten en cuenta que no es lo mismo una rabieta, una situación de tristeza, una situación de impotencia, ...
Por ejemplo:
- En una situación de tristeza no cortes el llanto con un “No llores, ...”, es mejor decir “Yo también estoy triste, ...”.
- En una situación de caída lo abrazas y le comentas “te debe doler...”, “ya puedes llorar que yo estoy contigo”, “cuando nos hacemos daño, a veces lloramos.”,
- En situaciones de rabieta deja que el sentimiento haga su curso, déjalo llorar y si quiere estar contigo que lo haga y, ten claro que no vas a ceder a sus deseos. No justifiques cincuenta mil veces el “porque”. Una sola vez ya basta.
- En una situación de impotencia dile: “Te entiendo y sé cómo te sientes”,...
Verás que cuanto menos reprimes una emoción más pronto se acepta la causa que la ha provocado y por tanto se sobrepone más pronto y continua con lo que estaba haciendo.
Recuerda que el primer ejemplo eres tú y, tú eres quien decides que modelo de gestión de las emociones se adapta mejor a vuestra manera de hacer.
Da salida a las emociones, en el momento y con la intensidad en que se produzcan.
Si te ha gustado, compártelo con tus amistades.