A menudo te parece que tu hija todavía no es lo suficientemente mayor para hacer según qué y optas por hacerlo tú porqué así irás más deprisa, ahorrarás material, no tendrás que pasar detrás, no hay peligro de que se haga daño,... y así unas cuantas excusas más que sirven para justificar tu actuación sobre protectora.
A veces te sabe mal que te digan que sobreproteges a tu hija porque no te has planteado que pueda ser así. Tú, personalmente, no has dicho:“voy a proteger a mi hija de todos los peligros, trabajos duros,... Es una acción que te sale automáticamente y que no te cuestionas si debes o no hacerlo, lo haces y ya está.
Es probable que te haya pedido que ella quiere hacerlo sola, pero tú no lo has permitido.
Ahora es el momento de prestar atención a tu actuación. Aunque te suponga un gran esfuerzo, ve dando alas a tu hija para que sea más autónoma, no quieras hacerlo todo tú (llevarle la maleta de la escuela, prepararle la merienda,…).
Como madre también debes aceptar y querer que tu hija crezca y sepa espabilarse sola en un momento dado. A más, le demuestras tu confianza hacia ella y ella te demostrará que es capaz de hacerlo y mejorar con la práctica y en definitiva que tú también confías en ella.
Piensa que estás preparando a tu hija para hacer frente a la vida y que no quieres que le suceda como a la mariposa de la leyenda.
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