Refuerza la individualidad y personalidad de tu hijo y dirígete a él por su NOMBRE, tanto si está presente como si no lo está.
Lo primero que aprende a escribir es el NOMBRE, lo lógico y consecuente es que siempre te dirijas a él pronunciando su NOMBRE. No utilices diminutivos, ni aquella pequeña, o aquel pequeño, aquel trasto ... (no ayudan a crecer).
Si tú hablas siempre utilizando el NOMBRE de tus hijos con quien sea, sobre todo con familiares cercanos, estos acabarán pronunciando también el NOMBRE de tus hijos cuando hablen de ellos.
Tu hijo / hija es un niño o una niña (nombre común) pero, como tú sabes muy bien, es único e irrepetible, por tanto, potencia su particularidad y singularidad pronunciando, con todo el amor, su NOMBRE.
Aprovecha para transmitirle que es importante que todo el mundo le llame por su NOMBRE, es una muestra de respeto hacia su persona y que él debe velar por que sea así.
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