El móvil se ha convertido en una herramienta imprescindible, sobre todo para tus hijos adolescentes y no tan adolescentes. El móvil supone un reclamo continuo de su atención y también el principal devorador de su tiempo.
Por eso es preciso que tus hijos sean conscientes y aprendan a valorar y discriminar la importancia de los mensajes recibidos o enviados. Es una tarea en la que hay que insistir a menudo porqué el móvil tiene un poder de atracción y seducción muy elevado.
Sentaos juntos y haceos las siguientes preguntas:
Intentad ser honestos y realistas en las respuestas, sin excusas, sin justificaciones, con sinceridad.
Enséñales a:
Es una edad difícil porque el sentimiento de pertenencia al grupo es muy potente, pero hay que insistir que todo pasa, que su personalidad se está formando y que hay que escucharse a sí mismo para ir descubriendo sus preferencias personales y ser capaz de defenderlas.
En definitiva, que aprendan a valorar en qué medida quieren ser esclavos o no del mundo de la "información" que nos proporcionan sobre todo las redes sociales.
Todo esto quiere decir poner en práctica valores como la fuerza de voluntad, la disciplina (autodisciplina), ..., ya que en la mayoría de casos implica ir contra corriente.
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Por eso es preciso que tus hijos sean conscientes y aprendan a valorar y discriminar la importancia de los mensajes recibidos o enviados. Es una tarea en la que hay que insistir a menudo porqué el móvil tiene un poder de atracción y seducción muy elevado.
Sentaos juntos y haceos las siguientes preguntas:
- ¿Era tan importante e imprescindible la información que te ha aportado?
- ¿Podrías haber "sobrevivido" sin saberlo o recibirla más tarde?
- ¿Has perdido la concentración de lo que estabas haciendo?
- ¿Has dejado de hacer lo que estabas haciendo?
- ¿Has aparcado lo que te gusta para atender el móvil?
Intentad ser honestos y realistas en las respuestas, sin excusas, sin justificaciones, con sinceridad.
Enséñales a:
- Decidir cuándo se conectan o desconectan.
- Valorar si hay que responder o no inmediatamente y calcular de antemano las consecuencias.
- Elegir qué hacen con la información (abrir, suprimir, responder, compartir, reenviar ...).
- Examinar lo que se envía porque es como una piedra, que cuando sale de la mano no se sabe dónde irá a parar.
- No sentirse atados o presionados, primero son ellos y después el grupo.
- Controlar el tiempo que pasan porque el tiempo no es recuperable.
Es una edad difícil porque el sentimiento de pertenencia al grupo es muy potente, pero hay que insistir que todo pasa, que su personalidad se está formando y que hay que escucharse a sí mismo para ir descubriendo sus preferencias personales y ser capaz de defenderlas.
En definitiva, que aprendan a valorar en qué medida quieren ser esclavos o no del mundo de la "información" que nos proporcionan sobre todo las redes sociales.
Todo esto quiere decir poner en práctica valores como la fuerza de voluntad, la disciplina (autodisciplina), ..., ya que en la mayoría de casos implica ir contra corriente.
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