- ¿Te has fijado cómo te pide las cosas?
- ¿Tiene tendencia a la exigencia?
- ¿Sientes que te está mandando?
- ¿Notas que hay presión en sus demandas?
Nuestras hijas e hijos están acostumbrados a ser el centro del mundo y de todas las miradas y por eso están desarrollando un potente egocentrismo que traducido a un lenguaje de a pie quiere decir: “todo para mí y, si queda, también para mí”
Estas situaciones de demanda provocan tensión entre vosotros. A menudo, llega un punto en el que acabas accediendo a sus peticiones después de haberte hartado de dar explicaciones y justificaciones rebatidas una y otra vez por tu hija o hijo.
I tu pensamiento te dice: “ya ha vuelto a salirse con la suya...” y sigues con lo que estabas haciendo pero tu actuación no te satisface.
La respuesta a esta situación no es fácil y requiere perseverancia y firmeza.
¿Cómo lo puedes hacer?
- Dale una respuesta clara de entrada: SÍ o NO.
- Dale pocas explicaciones, cortas y claras.
- No te justifiques ni des argumentos que os llevan a un bucle sin fin.
- Tanto si dices NO como si dices SÍ que sea claro y que mantenga la coherencia entre lo que dices y lo que haces.
Cuando ya has dejada clara tu postura siempre puedes ponerle un toque de humor como nos aconsejaba Carles Capdevila.
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