La convivencia es un gran reto de vida y si además es impuesta y en espacios reducidos, como en muchos casos, el reto es aún mayor.
Tomártelo en positivo es difícil, pero puedes empezar a intentarlo. Piensa en la posibilidad de conoceros un poco más, y eso incluye buenos momentos, malos momentos, momentos neutros, respetar el espacio del otro, llegar a acuerdos, consensuar usos, revisar pautas ...
También hay ratos en que lo echarías todo a paseo y entonces te parece que estás abandonando tus deberes y proyectos educativos, estrategias pedagógicas ... Cuando llegues a este punto no te sientas culpable, empatiza con la situación, todos juntos lo estáis haciendo lo mejor que sabéis, tú y tus hijos. No busques el "me está haciendo la puñeta". Puedes no responder. A veces un silencio es mejor que mil palabras, o puedes seguirle el juego hasta reconducir la situación con tus habilidades comunicativas.
Tu hijo es capaz de entenderlo y ten la certeza de que eres capaz de reconducir cualquier situación que te plantee. A menudo, aceptar la situación y dejar que pase es un buen recurso.
Todos sentimos miedo y respeto ante esta situación inaudita, excepcional, desconocida, desconcertante y nos pone a prueba a todos.
Siempre nos habíamos sentido libres de hacer y deshacer, de entrar y salir, de ir y venir ... y, de repente ...
Es importante que des las explicaciones justas (cortas) y claras, adecuadas a cada edad y procurando transmitir tranquilidad, seguridad y confianza.
Cuando este embate haya pasado, estas situaciones nos parecerán ridículas y juntos seremos más fuertes.
Tomártelo en positivo es difícil, pero puedes empezar a intentarlo. Piensa en la posibilidad de conoceros un poco más, y eso incluye buenos momentos, malos momentos, momentos neutros, respetar el espacio del otro, llegar a acuerdos, consensuar usos, revisar pautas ...
También hay ratos en que lo echarías todo a paseo y entonces te parece que estás abandonando tus deberes y proyectos educativos, estrategias pedagógicas ... Cuando llegues a este punto no te sientas culpable, empatiza con la situación, todos juntos lo estáis haciendo lo mejor que sabéis, tú y tus hijos. No busques el "me está haciendo la puñeta". Puedes no responder. A veces un silencio es mejor que mil palabras, o puedes seguirle el juego hasta reconducir la situación con tus habilidades comunicativas.
Tu hijo es capaz de entenderlo y ten la certeza de que eres capaz de reconducir cualquier situación que te plantee. A menudo, aceptar la situación y dejar que pase es un buen recurso.
Todos sentimos miedo y respeto ante esta situación inaudita, excepcional, desconocida, desconcertante y nos pone a prueba a todos.
Siempre nos habíamos sentido libres de hacer y deshacer, de entrar y salir, de ir y venir ... y, de repente ...
Es importante que des las explicaciones justas (cortas) y claras, adecuadas a cada edad y procurando transmitir tranquilidad, seguridad y confianza.
Cuando este embate haya pasado, estas situaciones nos parecerán ridículas y juntos seremos más fuertes.