¿Premio o castigo?
¿Ninguno de lso dos? Gracias.


Imaginemos por un momento que después de un típico conflicto diario (que cada cual se ponga su ejemplo particular) acabamos diciendo alguna de estas frases:

-Pues ahora no vas a ver la tele!

-Te quedarás encerrado/a en tu habitación

-Mañana no saldrás a jugar a la calle!

-Te quedarás sin el móvil!

-...!!!

 


¿Qué relación hay entre el "castigo" que hemos impuesto y el acto que lo ha provocado?

Probablemente cabeza y, además, no siempre el resultado ha sido el que esperábamos. Incluso puede haber despertado el efecto contrario o cabeza: ya no les interesa los programa, el rincón de pensar no resuelve nada, tal vez llueve y no se puede salir, ... y vamos viendo cómo se va desmontando, en un momento , nuestro convencido castigo ejemplar.

La mejor manera de enfrentarnos a estas situaciones es aprender a ser consecuentes con lo que ha pasado o las situaciones que se han producido.

-Si se ha desordenado algo habrá que volver a poner en su sitio.

-Si no hemos hecho los deberes no podemos ir a jugar.

-Si no he terminado de comer como todos me tendré que sacar el plato y lavarlo.

-Si no me he puesto la ropa para lavar no la tendré.

... y así con todas aquellas situaciones del día a día que ponen a prueba nuestro autocontrol del estrés.

 

Es muy importante que:

-La decisión que tomamos sea consecuente con los actos que nos han llevado a tomarla.

Que nuestra respuesta sea "inmediata", dentro del mismo espacio de tiempo, no podemos esperar al día siguiente para que ya no recordaremos cuál era la causa y probablemente ya lo habremos solucionado.

- Resolvemos lo que no se ha hecho bien porque nos ayuda a crecer.

-Mantén una actitud de serenidad y, de disponer de todo el tiempo del mundo.

-Nuestro tono de voz no se altere: naturalidad.

-A menudo un silencio vale más que mil palabras.

 

Por lo tanto no hablamos de castigo sino de resolver lo que no ha ido como debía.

Por otro lado, pasa lo mismo con las recompensas o premios. ¿Por qué tenemos que premiar lo que ya se ha de hacer bien de entrada? Hacer bien lo que sea forma parte de la normalidad y por tanto la normalidad no es algo que deba gratificar si no que la satisfacción del trabajo bien hecho ya debe ser la recompensa del esfuerzo o dedicación realizados.

Una vez en el hombro y adelante, un muy bien, uno sigue así, ... y seguir animando.

Esta es la mejor recompensa, la que sale del fondo del corazón.